Esta tierra de cultura celtíberica en tiempos romanos (habitada por los Turmogos, según los historiadores romanos), aporta también restos de asentamientos anteriores, pues ya desde época prehistorica estuvo ocupada. Atravesada por la importante calzada que comunicaba Hispania con la Galia (Bracara-Burdigala), es una zona de importante romanización ya desde épocas tempranas y centro desde el que se controla a los belicosos cántabros. Está documentada, por la referencia de los historiadores romanos, la presencia del Emperador C. Augusto año 26 a C., en estas tierras pues desde Segisama (Sasamón)emprendió viaje atravesando tierras por la via Sasamón-Pisoraga a través de la mojonera de Grijalba, Sordillos y Villasidro con la Legión IV para dar castigo y sometimiento a los cantabros establecidos en "Peña Amaya".
El Alfoz de Treviño: En el siglo XII, el 2-VI-1184 se enumeraran como pertenecientes a Treviño doce aldeas entre las que se encuentra Sordiellos (1144).El alfoz de Treviño presentaba, según los datos anteriores, una forma alargada de Norte a Sur teniendo como eje el curso del río Odra, y sus tierras se distribuyeron más tarde entre las Merindades de Castrogeriz y Villadiego. Su territorio fue llamado históricamente Campo de Treviño.
Sordillos se halla situado al oeste de la provincia de Burgos, a medio camino entre Villadiego y Melgar de Fernamental. La primera mención documental sobre el lugar se encuentra en la donación que hicieron en el año 1144, "Juan Moriéllez y su mujer Doña Horo al monasterio de Oña (Burgos)apareciendo entre los testigos varios vecinos de Sordiellos". En 1166, el Abad de la Vid fundó el monasterio de San Pablo en Sordillos para religiosas premostratenses dependientes de San Miguel de Villamayor de Treviño. Entre sus profesas se encontraba Santa Radegundis que vivió en San Pablo y murió el año 1152 emparedada en la celda que mandó construir en la propia iglesia. La comunidad de religiosas se extinguió sobre 1300, y quedó un sencillo eremitorio visitado por los monjes de Villamayor el día de la conversión de San Pablo.
Este lugar, al noroeste de la provincia de Burgos, en la antigua merindad de Villadiego, ha tenido, a pesar de su pequeñez, una doble fortuna: por un lado la de haberse establecido en sus aledaños –en el siglo XII- un monasterio de monjas premontratenses como réplica femenina al de monjes de la misma orden establecido en Villamayor de Treviño.
Y, por otro lado, la de haber tenido un hijo del pueblo que escribió los recuerdos del pueblo y las noticias referentes que sobre él pudo recoger. Por todo ello sabemos hoy de la antigüedad de la villa y de su dominante carácter de pequeña agricultura y ganadería. Pero, volviendo al monasterio de monjas premontratenses, hemos de tener en cuenta que una de sus pocas abadesas, quizás la fundadora, de nombre Radegundis, era de procedencia alemana y de joven hizo la peregrinación a Jerusalén. La enviaron a Castilla, seguramente para implantar la rama femenina de la orden y fue abadesa del Monasterio de San Pablo de Sordillos, que estaba sujeto al abad del San Miguel de Villamayor. El pueblo y su orden consideraban a la abadesa una santa, de hecho tiene su altar en la iglesia parroquial de Villamayor y se celebra su fiesta el 30 de enero.